El consumo de tabaco es uno de los hábitos más dañinos para la salud bucal y una de las causas prevenibles de muertes por cáncer. Además, en el contexto de la pandemia del COVID-19, los fumadores tienen mayor probabilidad de desarrollar síntomas graves en el caso de contagiarse de esta enfermedad, en comparación a los no fumadores, así lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con la OMS, el tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año y destruye el medio ambiente, perjudicando aún más la salud debido al cultivo, la fabricación, la distribución, el consumo y la eliminación de los productos de tabaco. Por ello, este 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco con el objetivo de informar al público acerca de los peligros que supone este consumo, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones.
Sin duda alguna la celebración de este día es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco puesto que su consumo es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria. Además, los efectos perjudiciales que las empresas tabacaleras causan al medio ambiente son innumerables y va en ascenso, lo cual agrava indebidamente la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas.
A razón de ello el lema de 2022 hace referencia al impacto nocivo de la industria tabacalera sobre el medio ambiente: “El tabaco envenena nuestro planeta”. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud declara que el impacto es enorme y va en aumento, lo que añade una presión innecesaria sobre los ya escasos recursos y frágiles ecosistemas de nuestro planeta.
Post: Lic. Greisy López Yera