El 14 de junio de cada año se celebra el DÃa Mundial del Donante de Sangre. Este dÃa se estableció con el fin de a) acrecentar la concienciación mundial sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguÃneos seguros para transfusiones; b) poner de relieve la crucial contribución que efectúan los donantes de sangre voluntarios no remunerados a los sistemas nacionales de salud; y c) prestar apoyo a los servicios nacionales de transfusión de sangre, las organizaciones de donantes de sangre y otras organizaciones no gubernamentales para contribuir al mejoramiento y la ampliación de sus programas de donantes de sangre voluntarios, mediante el fortalecimiento de las campañas nacionales y locales.
Por otra parte, este dÃa ofrece una oportunidad para instar a los gobiernos y las autoridades de salud nacionales a que proporcionen recursos suficientes para aumentar la recogida de sangre donada por voluntarios no remunerados y gestionar el acceso a la sangre y las transfusiones para quienes lo necesiten.
A fin de asegurar el acceso a sangre segura para toda persona que requiera una transfusión, todos los paÃses necesitan donantes de sangre voluntarios no remunerados que donen sangre periódicamente. Un programa eficaz de donación de sangre caracterizado por una participación amplia y activa de la población es crucial para satisfacer la necesidad de transfusiones de sangre en tiempos de paz, asà como durante emergencias o desastres que motiven un repentino aumento de la demanda de sangre, o cuando se vea afectado el funcionamiento normal de los servicios de hematologÃa. Un entorno social y cultural propicio y muy solidario facilita el desarrollo de un programa de donación de sangre eficaz y, además, según se reconoce ampliamente, la donación de sangre contribuye a generar vÃnculos sociales y forjar una comunidad cohesionada. Cabe destacar los logros de la salud en Cuba en este aspecto ya que integra la lista de solo 12 miembros con los paÃses de las Américas que tienen ciento por ciento de donaciones de sangre voluntarias.
«Los donantes voluntarios y regulares de sangre son los únicos que pueden prevenir la escasez de ese vital lÃquido y de componentes sanguÃneos seguros, y detener la necesidad de recurrir a donantes familiares o de reposición», afirmó MarÃa Dolores Pérez-Rosales, asesora regional de Servicios de Sangre de la OPS/OMS.
Expertos enfatizan que la donación debe hacerse de forma frecuente porque la sangre y sus componentes tienen un perÃodo de conservación breve y la disponibilidad depende de donantes habituales.
Cada año en el mundo, las transfusiones de sangre y los productos sanguÃneos contribuyen a salvar millones de personas, incrementan la esperanza y la calidad de vida de pacientes con enfermedades potencialmente mortales y apoyan los procedimientos médicos y quirúrgicos complejos.
Asimismo, desempeñan un papel fundamental en la atención materno-infantil, los desastres naturales y los artificiales provocados por el ser humano.