La coagulación intravascular diseminada (CID) es una condición grave que puede aparecer durante el embarazo, el parto y el puerperio. En estos casos, se asocia a varios problemas de salud en el campo de la ginecobstetricia que pueden agravarse:
1. Septicemia.
2. Complicaciones como:
• Desprendimiento prematuro de placenta normoinserta.
• Embarazo ectópico.
• Rotura uterina.
• Retención de tejido placentario.
3. Hemorragias posparto.
4. SÃndrome HELLP.
5. Embolismo de lÃquido amniótico (o sÃndrome anafilactoide del embarazo).
6. Enfermedades autoinmunes.
7. CirugÃas obstétricas.
8. Trastornos de la coagulación preexistentes.
Factores de riesgo para la CID en GinecologÃa:
1. Reacción a transfusiones de sangre.
2. Infecciones severas bacterianas o virales.
3. Complicaciones del parto (ruptura uterina o retención de tejido placentario).
4. Trastornos de la coagulación preexistentes.
Evidencias contundentes respaldan la necesidad de actualizar la definición y el diagnóstico de coagulación intravascular diseminada (CID) de 2001 para reflejar nuestra comprensión actual de su fisiopatologÃa. La CID se ha considerado durante mucho tiempo una secuela crÃtica e intratable de diversas causas subyacentes, cuya resolución solo se produce tras el tratamiento de la etiologÃa causal.
Recientemente, se ha observado que la mortalidad asociada a la CID puede reducirse mediante la detección y el tratamiento tempranos. El Comité CientÃfico y de Normalización (SSC) de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) sobre CID propone una definición actualizada:
«Un trastorno intravascular adquirido y potencialmente mortal, caracterizado por la activación sistémica de la coagulación, la fibrinólisis desregulada y la lesión endotelial, que provoca microtrombosis. La CID posee diversas etiologÃas subyacentes (entre ellas las obstétricas y ginecológicas, como el aborto, la hemorragia posparto, el desprendimiento prematuro de placenta normoinserta y el embolismo de lÃquido amniótico [N. del E.]) y progresa desde una fase temprana potencialmente asintomática hasta una avanzada con hemorragia y/o disfunción orgánica».
De acuerdo con esta definición más completa, los autores proponen establecer criterios diagnósticos más especÃficos que detecten la CID en fase temprana según la enfermedad subyacente. También proponen una modificación de los criterios diagnósticos de la CID manifiesta y la puntuación para la CID en fase tardÃa. Estas modificaciones, impulsadas por consenso, reflejan el conocimiento adquirido desde la definición original de 2001, que impulsó la práctica clÃnica y la investigación sobre la CID.
Se prevé que este marco revisado fomente diagnósticos más precisos y precoces, mejore la estratificación de los pacientes en estudios clÃnicos y facilite el desarrollo de terapias dirigidas según el contexto fisiopatológico.
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