
Las hepatitis vÃricas –tipos A, B, C, D y E– son importantes causas de infección hepática aguda. De estas hepatitis, solo las hepatitis B, C y D pueden provocar infecciones crónicas que aumentan considerablemente el riesgo de cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hÃgado, pero la mayorÃa de las personas con hepatitis no saben que están infectadas. Los tipos B, C y D afectan a más de 300 millones de personas en todo el mundo y causan más de 1,3 millones de muertes cada año, principalmente por cirrosis hepática y cáncer.
La hepatitis D clasificada ahora como cancerÃgena
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) clasificó recientemente la hepatitis D como cancerÃgena para los seres humanos, al igual que la hepatitis B y C. La hepatitis D, que solo afecta a personas con hepatitis B, se asocia a un riesgo de cáncer hepático de dos a seis veces mayor que si solo se tiene hepatitis B. Esta reclasificación constituye un paso crucial en los esfuerzos mundiales de sensibilización, mejora de la detección y ampliación del acceso a nuevos tratamientos contra la hepatitis D.
«En 2024 la OMS publicó directrices sobre las pruebas y el diagnóstico de la hepatitis B y D y sigue activamente los criterios de valoración clÃnicos de tratamientos innovadores contra la hepatitis D», señaló la Dra. Meg Doherty, nueva Directora del Departamento Ciencia para la Salud en la OMS.
El tratamiento con medicamentos orales puede curar la hepatitis C en un plazo de 2 a 3 meses e inhibir eficazmente el virus de la hepatitis B con un tratamiento de por vida.
Las opciones terapéuticas contra la hepatitis D evolucionan sin parar. Sin embargo, el beneficio pleno de reducir las muertes por cirrosis hepática y cáncer solo puede lograrse con medidas urgentes para ampliar a escala e integrar los servicios contra las hepatitis –en particular la vacunación, las pruebas, la reducción de daños y el tratamiento– en los sistemas nacionales de salud.