
Entre el 1 de enero y el 27 de julio de 2025, los casos confirmados se distribuyen de la siguiente manera: Brasil (11 888 casos), Panamá (501), Perú (330), Cuba (28), Colombia (26), Venezuela (5) y Guyana (1). Además, se notificaron casos importados en Uruguay (3), Chile (2), Canadá (1), y Estados Unidos (1). En 2024, la región registró 16 239 casos en once paÃses y un territorio, incluyendo cuatro defunciones.
En lo que va del año, Brasil concentra la mayor carga, con casos en 20 estados, principalmente EspÃrito Santo (6 322) y RÃo de Janeiro (2 497), y ha reportado cinco defunciones, asà como casos de complicaciones neurológicas y muertes fetales bajo investigación. Panamá y Perú también enfrentaron brotes significativos, mientras que Cuba y Colombia reportan cifras más reducidas.
La fiebre de Oropouche se caracteriza por fiebre alta, intensos dolores de cabeza, musculares y articulares, con una recuperación habitual en dos a tres semanas, aunque hasta el 60% de los pacientes puede experimentar recaÃdas. En casos poco frecuentes, puede causar meningitis o encefalitis, y en embarazadas se han reportado posibles riesgos, en particular, potenciales afectaciones al feto.
La expansión del virus a áreas no endémicas, como regiones urbanas de Cuba, está favorecida por factores como el cambio climático, la deforestación y la urbanización en áreas selváticas, que facilitan la proliferación del vector.
La OPS enfatiza la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y el control vectorial para contener la enfermedad, que no cuenta con vacuna ni tratamiento antiviral especÃfico.
Entre las recomendaciones clave de la OPS a los paÃses de la región se incluyen:
- Vigilancia: adaptar las acciones según la situación epidemiológica de cada, con el fin de detectar la introducción del virus en nuevas áreas, monitorear su dispersión en zonas con transmisión autóctona y caracterizar adecuadamente la situación epidemiológica.
- Control de vectores: Eliminar criaderos de jejenes mediante la eliminación de la maleza, y fomentar prácticas agrÃcolas sostenibles.
- Protección personal: Tomar medidas para prevenir la picadura de los vectores: usar mosquiteros, ropa protectora y repelentes con DEET, IR3535 o icaridina, con énfasis en mujeres embarazadas y trabajadores rurales.
- Manejo clÃnico: Fortalecer el diagnóstico clÃnico temprano, asà como el diagnóstico clÃnico diferencial, principalmente con dengue. El tratamiento es sintomático dirigido a aliviar el dolor y la fiebre, hidratar o rehidratar al paciente y controlar el vómito. Monitorear complicaciones neurológicas o en embarazadas.
La OPS destaca que la colaboración nacional y regional es esencial para monitorear y controlar la propagación del virus, especialmente en un contexto de circulación de otros arbovirus como el dengue. La Organización está apoyando a los paÃses con orientaciones técnicas para el diagnóstico, el manejo clÃnico y la prevención y el control del vector, instando a notificar eventos inusuales, como defunciones o casos de transmisión vertical.